El aprendizaje es un tesoro que seguirá a su dueño en todas partes

El aprendizaje es un tesoro que seguirá a su dueño en todas partes

Sor Carmen María Parada Gámez (hna carmelita)




Mis esfuerzos cómo Educadora en el área técnica están muy apegados a una formación integral, tanto en aspectos humanos e intelectuales cómo en aspectos tecno científicos, el eje transversal que guía son los valores y principios morales y ético.

Como Educadores tenemos la responsabilidad de formar a los estudiantes con las competencias necesarias para que puedan mejorar nuestra sociedad, presentando buenas alternativas de solución a los problemas reales e inesperados que se presenta.

Como Educadores tenemos la obligación de ser el modelo de conducta ejemplar para nuestros estudiantes, debemos ser el ejemplo ideal de la armonía que debe existir entre ciencia, tecnológica, y los principios morales y éticos, armonía fundamental para que una sociedad camine hacia su progreso. No podemos enseñar sin la práctica de valores, ni la vivencia de virtudes, intentar formar sin ellos sería ampliar el camino que conduce al caos y destrucción.

Como Educadores tenemos el compromiso de no solo instruir, enseñar, guiar o facilitar, sino también de potenciar que los estudiantes se vuelvan activos en su proceso de enseñanza-aprendizaje, que ejerzan con responsabilidad y armónicamente su capacidad tanto intelectual como humana.

Estamos viviendo una generación egoísta, basada en el individualismo, en la mal sana competencia, agresiva e intolerante, una sociedad que lejos de construir, y generar progreso, corrompe y destruye, una sociedad enviciada, en donde impera una pervertida escala de valores, que está encabezada por la falta de responsabilidad colectiva, aunado al excesivo e irresponsable uso de tecnología, lo que generan indiferencias, controversias y peligro, todo esto conduce a tomar decisiones en la ciencia y tecnología que afectan, en la vida social, política, agrícola y cultural.

Estamos viviendo una sociedad rodeada de científicos que, carentes de valores, logran resolver un problema, agravando otro, y por si fuera poco, dan vida a peores problemas que destruyen la vida y el medio ambiente de pueblos y naciones enteras.

Nuestra sociedad está sedienta de sanos profesionales, que basados en principios morales y éticos, construyan, programen o resuelvan problemas o conflictos generando progreso y desarrollo para toda una nación y la humanidad entera. 

Quienes tenemos en nuestras manos a los futuros profesionales, técnicos y científicos somos los educadores, por ello, el compromiso de cada uno de nosotros/as, es algo más que sumar conocimientos, enseñanzas, y competencias, es algo mas que disciplinar y ordenar, se debe asesorar, gestionar y promover una educación basada en principios y valores, en la sabiduría moral y la corresponsabilidad; debemos orientarlos, entre un amplio rango de herramientas de información y comunicación, a buscar y seleccionar información, que les permita reducir esa incertidumbre que les impide elegir y decidir sabiamente, debemos desarrollar en ellos la capacidad para evaluar las implicaciones de sus decisiones; forjar ciudadanos que, lejos de ser parte del problema o conflicto, sean capaces de ser partes de la gestión y solución, debemos proveerles las estrategias que les permitan clarificar lo que quieren; que aprendan a identificar las alternativas de solución y valorarlas en función de los costos, beneficios, y riesgos probables en cada decisión; que aprendan a utilizar las herramientas que están al servicio de la humanidad como la robótica, que es una rama de la tecnología, que bien usada e implementada puede mejorar la calidad de vida, sin destruir la naturaleza, venciendo las dificultades que tiene la humanidad en diversos campos, como la salud, la economía, la agricultura, el medio ambiente, etc., apoyando en las tareas difíciles que ponen en riesgo la vida humana. Por eso la enseñanza de la robótica se vuelve cada vez más indispensable en las escuelas, no solo porque permite fusionar, para un mismo fin, varias disciplinas (matemática, ciencia, sociales, lenguaje, artística, etc.) si no porque los robot puede sustituir la mano humana en diferentes tareas, y los estudiantes tienen que estar preparados y capacitados para que en el futuro, no queden desempleados/as, ya que con la ayuda de los robot se pueden automatizar procedimientos, ser exacto en los resultados, los robot pueden ejecutar aquellos trabajos que se realizan en lugares peligrosos e inadecuados que arriesgan la vida humana, o donde se manipulan sustancias químicas y explosivas, o donde se manejan productos farmacéuticos, o lugares donde hay que estar expuestos a altas temperaturas, incluso existen robot que pueden realizar diferentes tareas sencillas de cirugía, o tareas muy pesadas y cansadas, en zonas agrícolas, marítimas y aéreas. Por lo tanto, la robótica debe generar progreso y beneficio al hombre, es por ello que se debe estrictamente implementarse a los estudiantes con el fin de atender y servir al prójimo, sin esperar nada más que la satisfacción de actuar como se debe.

Las oportunidades que tiene un robot para sustituir la mano humana son inmensas e ilimitadas, pero esto no debe verse como una desventaja, sino más bien como una ventaja, que lejos de dedicarle tiempo a tareas repetitivas, cansadas, y arriesgadas (que perfectamente las puede realizar un robot) nos permite dedicarle más tiempo a mejorar la calidad de vida de las personas. Debido a esto los educadores tenemos el deber de brindar a nuestra sociedad ciudadanos, competentes que en vez de incorporarse a la sociedad a buscar empleo, se incorpore a generar más empleo y educación.

Indudablemente la labor docente es una de las más comprometedoras, porque el peso de responsabilidad es tal, que el error más pequeño, e incluso el involuntario, es multiplicado y elevado a la “n” potencia, por el número de estudiantes afectados. Definitivamente la labor docente es una tarea titánica que no puede ni debe improvisarse, ni ser vista como un trabajo de oportunismo, sobrevivencia o necesidad, ni mucho menos como una obligación o pasatiempo. La labor docente es una vocación, y al igual que todas las vocaciones, deben ejercerse con responsabilidad, consientes que, el alto costo de la educación nunca va a superar los elevados costos y encumbrados intereses que cobra la ignorancia.


Sor Carmen María Parada Gámez
Gestión y Administración de Proyectos de Robótica Educativa.

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